Abrace el ultimo recuerdo como si fuera la ultima fraccion de oxigeno circulando y deje que la materia gris en mi cerebro se disipara. El ambiente absorbia mis pensamientos y asfixiaba mis sentidos y todo gradualmente se volvio una espuma de colores sobrios, vacilantes en un espacio ruidoso.
Fue ahi cuando me sente a dialogar con la Muerte, sirviendole una copa de whiskey con hielo. Las palabras hicieron que lo ruidoso se convierta en ecos sin retorno y que la arrogancia y la curiosidad se hicieran amigas...
Cómo evitar que el tiempo deje tanto estrago en todo lo que tenemos. Hasta lo escondido en lo más remoto de nuestro consciente e inconsciente es arrebatado y convertido en torbellinos que solo aportan a la confusión y desesperación de sentir como se va lo único que habían dejado para ti.
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