Always be the best!

miércoles, 12 de agosto de 2009

Retengo las gotas escasas de la paciencia, me deshidrato. Es demasiado el esfuerzo de caminar aun más solo por los desiertos de mi mente.
Dibujo el asesino de la cordura, el inventor y creador de realidades disfrazadas de ovejas blancas. Lo busco, no lo encuentro, o más bien, no lo recuerdo. Sé que está conmigo; somos asesinos, soy un cómplice, soy su cómplice, soy yo mismo.
Recuerdo las pistas de mi viento acorralado, lancé mis gritos en busca de un oído. Mucho ruido quizás, mucho silencio también.
Pertenezco a la cárcel de mis pensamientos, estoy encerrado gracias a mi culpa, la culpa arrastrada, la culpa del pasado, la culpa poderosa del presente.

No es más que eso; la intervención exacta y peligrosa del entendimiento. Sus explicaciones a mi mundo derrumbado sólo resuenan como ecos amenzantes.



Valga la redundancia
To be c.
H.