Always be the best!

domingo, 31 de mayo de 2009

-Les Furies-

Me arrastro sobre la inercia de mis pensamientos, y cuando no necesito ir contigo, tomas de mi mano.
Cuando deseo ser humano, tu hermosura me pone en alto de los demás; por ti sé que soy grande y poderoso y superior por los que creen amar y demostrar sus intenciones con cierta inseguridad.
Eres la suficiencia adecuada para mis versos incompletos, eres mi perfecta enfermedad de la cual no soy conciente de lo hace -mas soy adicto- , sólo me doy cuenta cuando mis deseos de ser mortal se hacen presentes, porque recién ahí tengo conocimiento de que muero paso a paso.
Si es así, ¡bendita sea la muerte que cava y entierra la felicidad sobre mi pecho! Que sin dolor me hace conocer el Inframundo y el paso lento de la trayectoria de mi destino y la veracidad de mis actos en este mundo, donde en mi nombre sólo algunos conocerán la pena y la existencia de mi ausencia, y sólo tú descartarás el olvido que yace sobre mi lápida.


H.

sábado, 30 de mayo de 2009

Mi libro está lleno de vacíos.

Stop it!

Mi atención fue llamada por tu sutileza, no por el deseo de homicidio!
Sin duda la cosecha está podrida; sembrada entre cadáveres y sufrimiento. Fue provechoso para el curioso egoísmo y el amargo y dulce placer de lo equivocado y misterioso.
"(...) Asi como los actores...se ponen una máscara, yo, en el momento de salir a la escena del mundo, en la que hasta ahora he sido espectador, avanzo enmascarado"

La noche y Yo.

Soy como tú, oh Noche: oscuro y desnudo. Camino por la senda en llamas que está encima de mis sueños y cada vez que mi pie toca la tierra, de ella brota un roble gigantesco.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque todavía miras hacia atrás para medir la huella que dejaste en la arena.
-Soy como tú, oh Noche: silencioso y profundo. En el corazón de mi soledad hay una diosa que está dando a luz un hijo, en el que se rozan el Cielo y el Infierno.
-No, no eres como yo, oh Loco, porque aún te estremeces ante el dolor, y la canción del abismo te horroriza.
-Soy como tú, oh Noche: salvaje y terrible, porque mis oídos están llenos de los gritos de naciones conquistadas y de suspiros de olvidadas tierras.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún tomas a tu pequeño yo por compañero y no logras ser amigo de tu YO gigantesco.
-Soy como tú, oh Noche: cruel y temible; porque mi pecho está iluminado por navíos en llamas, y mis labios están aún húmedos con sangre de guerreros muertos.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque aún tienes deseos de hallar tu alma gemela, y no has llegado a ser la única ley para ti mismo.
-Soy como tú, oh Noche: alegre y gozoso; porque aquel que duerme bajo mi sombra está ahora ebrio de vino virgen, y aquella que me sigue peca alegremente.
-No, tú no eres como yo, oh Loco, porque tu alma está envuelta en el velo de los siete dobleces, y no llevas tu corazón fijo en tu mano.
-Soy como tú, oh Noche: paciente y apasionado; porque en mi pecho, mil amantes muertos están enterrados en mortajas de besos mustios.
-¿Eres, Loco, de verdad como yo? ¿Eres como yo? ¿Puedes montar en la tempestad como si fuera un potro y empuñar como espada el relámpago?
-Como tú, oh noche, como tú soy alto y poderoso. Y mi trono está erguido sobre montones de dioses caídos, y ante mí también pasan los días para besar el borde de mi vestido, pero nunca para mirarme a la cara.
-¿Eres como yo, hijo de mi más oscuro corazón? ¿Y piensas mis pensamientos salvajes y hablas de mi cósmico idioma?
-Sí, somos gemelos, oh Noche, porque tú revelas el espacio, Y YO REVELO MI ALMA.

Inmutable.

Conozco los rostros porque miro a través de la tela que mis propios ojos tejen, y busco la realidad que hay detrás.

Derrota mia

Derrota, derrota mía , mi soledad y mi aislamiento. Para mi eres más valiosa que miles de triunfo, y más dulce a mi corazón que toda la gloria del mundo.
Derrota, derrota mía, mi conocimiento de mí mismo y mi desafío; por ti sé que soy joven y de pies ligeros, desdeñoso de los laureles que se marchitan.
Y en ti encontré la soledad y la alegría de ser ignorado y despreciado.
Derrota, derrota mía, mi brillante espada y mi escudo; en tus ojos he leído que ser entronizado es ser esclavizado, y que ser comprendido es ser rebajado, y que ser entendido significa alcanzar la plenitud, y como un fruto maduro, caer y ser devorado.
Derrota, derrota mía, mi audaz compañera, tú escucharás mis cantos, mis gritos, mis silencios, y nadie sino tú me hablará del batir de alas, y de la agitación de los mares, y de las montañas que arden en la noche, y sólo tú escalarás los peñascos de mi alma.
Derrota, derrota mía, mi valor inmortal, tú y yo reiremos juntos en la tempestad, y juntos cavaremos las tumbas para todo lo que en nosotros es mortal, y nos mantendremos de pie al sol con una voluntad indómita.
Y seremos peligrosos.